Si eres propietario de una vivienda en un edificio o urbanización, probablemente formes parte de una comunidad de propietarios encargada de la gestión y el mantenimiento de las instalaciones comunes, así como de la regulación de la convivencia entre los vecinos. En muchas ocasiones, pueden surgir problemas que afecten el día a día de la comunidad y que, si no se gestionan adecuadamente, podrían generar conflictos más grandes. Entre los problemas más comunes se encuentran:

• Morosidad: Algunos propietarios no cumplen con el pago de las cuotas de la comunidad, lo que puede impactar negativamente en el presupuesto disponible para servicios esenciales y mantenimiento.
• Conflictos por ruidos: Ruidos molestos provocados por fiestas, mascotas o trabajos de construcción pueden generar tensiones entre los vecinos.
• Uso indebido de áreas comunes: Disputas sobre el uso incorrecto de zonas como aparcamientos, piscinas o jardines.
• Reformas y obras: La ejecución de obras no autorizadas que incumplen las normativas comunitarias y generan molestias a otros propietarios.
• Problemas con el administrador: Insatisfacción con la gestión de los fondos o la falta de transparencia en la administración.
• Mascotas en el edificio: Conflictos por la tenencia de mascotas que no se ajustan a las normativas comunitarias.
• Instalación de elementos privados: Problemas relacionados con la instalación de aires acondicionados o antenas que pueden afectar la estética o estructura del edificio.
• Viviendas con fines turísticos: Molestias generadas por el uso de viviendas para alquiler turístico, como ruidos o el mal uso de las instalaciones.

S.I.L. cuenta con amplia experiencia en la resolución de estos problemas. Nuestro equipo de abogados ofrece asesoramiento y representación en actuaciones judiciales para garantizar una solución legal, profesional y eficiente que proteja los intereses de la comunidad y sus propietarios.